¿Qué significa ser intolerante a la lactosa?
Las intolerancias están saliendo poco a poco a la luz. Aun así, algunas intolerancias, como la sacarosa y la fructosa, siguen siendo ampliamente desconocidas.
Sin embargo, hay una intolerancia que lleva décadas siendo la protagonista de las malas digestiones: la lactosa.
Aunque la idea de tener una “intolerancia a la lactosa” es común, ¿qué significa realmente tener esta condición? Analicemos qué es una intolerancia y cómo la intolerancia a la lactosa supone un reto dietético único.
Entender las intolerancias
Antes de hablar de las particularidades de la lactosa, es importante entender qué son las intolerancias en primer lugar.
El factor diferenciador más importante que hay que tener en cuenta es que una intolerancia alimentaria no es una alergia alimentaria. Por un lado, una alergia alimentaria es una reacción alérgica del sistema inmunitario del organismo. Esto puede ocurrir incluso con la más mínima exposición a un alimento y puede ser extremadamente peligroso.
Por otro lado, una intolerancia alimentaria es simplemente la incapacidad del cuerpo para descomponer y digerir adecuadamente ciertos tipos de alimentos. Esto se debe a que el cuerpo no puede producir suficiente cantidad de las enzimas adecuadas.
Las intolerancias alimentarias no suelen ser peligrosas, pero pueden ser muy incómodas y conllevar una serie de efectos secundarios desagradables. Además, pueden manifestarse de distintas formas según el alimento que las provoque.
Un ejemplo: la intolerancia a la lactosa.
Qué es la intolerancia a la lactosa
Dependiendo de la fuente, la lactosa se denomina azúcar o carbohidrato, y se encuentra en la leche, el helado, el queso y otros productos lácteos. Una persona sufre una intolerancia a la lactosa cuando su cuerpo no puede producir suficientes enzimas para que su intestino delgado descomponga la lactosa. Esta falta de poder digestivo se denomina “malabsorción de la lactosa”.
Aunque muchas personas tienen una mala absorción de la lactosa, eso no equivale automáticamente a una intolerancia a la lactosa. Sólo cuando la situación anterior da lugar a síntomas, como hinchazón y gases, se considera que una persona tiene oficialmente una intolerancia a la lactosa.
Se calcula que más de dos tercios de la población mundial padecen malabsorción de lactosa. Sin embargo, cabe señalar que esto depende en gran medida de la geografía.
Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Cornell descubrió que las personas cuyos antepasados vivían en zonas con climas duros y enfermedades peligrosas no suelen ser capaces de digerir la leche. Esto se debe a que las regiones en las que vivían sus familias no podían soportar la cría de ganado lechero y, con el tiempo, las inclinaciones culturales hicieron que los habitantes locales perdieran la capacidad de digerir la leche.
En EE.UU., donde gran parte de la población tiene sus raíces en la Europa amiga de los lácteos, se cree que sólo el 36% de la población padece malabsorción de lactosa. Sin embargo, si se amplía la esfera de influencia estadounidense, aparecen factores diferenciadores específicos. Por ejemplo, las poblaciones: afroamericana, india americana, hispana y asiática americana tienen mucho más riesgo de padecer la intolerancia.
Cuando se trata de intolerancias reales a la lactosa, el número de personas afectadas es mucho menor que el de las que padecen malabsorción de lactosa. Algunos estiman que el 12% de los estadounidenses tienen intolerancia a la lactosa. Otros elevan la cifra, sugiriendo que hasta 50 millones de estadounidenses (un poco más del 15%) padecen esta afección.
¿Cómo puede ayudar Intoleran?
Aunque es difícil decir con exactitud cuántas personas tienen intolerancia a la lactosa, no hay duda de que es una afección común. Para cualquiera que tenga o piense que tiene una sensibilidad a la lactosa, Intoleran tiene una solución.
Nuestra línea de productos de lactasa ayuda a las personas a aumentar el número de enzimas que su cuerpo necesita para digerir correctamente la lactosa. Existen múltiples aplicaciones, incluyendo píldoras, tabletas y gotas. También se ofrecen en formatos que pueden tomarse con las comidas y aperitivos individuales o una vez al día.
Además, las enzimas son inocuas y las que no se utilizan pasan por el sistema digestivo sin problemas. Esto hace que los suplementos sean una gran herramienta de diagnóstico para aquellos que no están seguros de si la lactosa es la raíz de sus problemas digestivos.
El objetivo de nuestros productos de lactasa es sencillo. Queremos que las personas que no pueden digerir completamente la lactosa puedan volver a disfrutar de la comida. Sea cual sea su historial familiar o su estado de salud actual, ofrecemos una forma de volver a disfrutar de la comida, incluso si tienen intolerancia a la lactosa.